- Nota del Diario Popular -
La Justicia negligente mató dos veces a Pablo (29/07/2018)

 

 

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Héctor Plaul -padre de un joven que murió electrocutado en un hotel de Puerto Iguazú hace doce años- cuestionó el rechazo de la Corte Supremaal pedido de que la causa llegue a juicio.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso interpuesto por los padres de Pablo Nicolás Plaul, el estudiante secundario que murió electrocutado durante un viaje solidario en la ciudad misionera de Puerto Iguazú en octubre de 2006, para que la causa sea tratada en un juicio, ya que tanto el propietario del hotel donde ocurrió el hecho, como las autoridades del colegio y la empresa que organizaron la excusión resultaron sobreseídas en un proceso en el que la familia de la víctima ni siquiera pudo presentarse en el expediente como particulares damnificados.

“A Pablo lo mataron dos veces, a raíz del accionar negligente de la justicia o para ellos directamente, no murió o murió de muerte natural”, denunció Héctor Plaul, padre del chico, de entonces 17 años, luego de transitar un largo camino y recibir sistemáticas negativas a sus demandas, debido a “horrores procesales”, que derivaron en un “total estado de impunidad”.

“La justicia penal es un oxímoron: justicia-injusticia. Lograr una sentencia justa en un homicidio suele ser una utopía y en lograrlo va la vida, ya casi 12 años desde el homicidio de Pablo. Investigan como en una parodia teatral, a veces influenciada por teorías absurdas o por intereses. Algunos jueces no son probos o son delincuentes. Sus abundantes absurdos fallos, por la ley de la saturación, se naturalizan. Los hay muy buenos, pero el Código Procesal, obsoleto, los lleva a pésimos resultados”, afirmó.

Para la familia Plaul, la actuación de los distintos estamentos judiciales en el caso de la muerte del adolescente “fue pésima” y tras la intervención de la Corte ante los recursos extraordinarios que trataron por el expediente, consideraron que “actuaron con mala praxis”. “Los mismos ministros Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Elena Highton de Nolasco, que votaron el absurdo 2 x 1 para favorecer a un condenado por delitos de lesa humanidad, coronaron la impunidad del homicidio de Pablo”.

En tal sentido, recordó que la causa tuvo que llegar al máximo tribunal frente “a los horrores procesales de la Justicia de Misiones, donde se actúa bajo la tutela de los señores feudales que compran voluntades y por ejemplo, no existe la figura del particular damnificado”.

La investigación por el episodio, registrado el 19 de octubre de 2006 en el hotel Raíces de Puerto Iguazú cuando el chico tocó una farola del jardín en momentos en que jugaba con sus compañeros del Colegio Parroquial de San Justo (partido de La Matanza ) y sufrió una descarga mortal, quedó a cargo del fiscal Alejandro Néstor Monzón.

“En principio, se procesó a Ricardo Omar Ayala, el dueño del hotel, que terminó siendo sobreseído y los sucesivos jueces que fueron interviniendo, José Pablo Rivero, su subrogante Ricardo Rubén Gerometta y Juan Pablo Fernández Rizzi, aceptaron esa absurda decisión, a pesar de las pruebas contundentes que existían ante las irregularidades en la habilitación y funcionamiento del lugar para alojar a una delegación estudiantil u otros pasajeros”, enfatizó Héctor Plaul, agregando que “ni siquiera fuimos notificados de cada determinación que adoptaban”.

Tras hacer hincapié en “la desprotección que padecimos por parte del Obispado de San Justo, tras la trampa mortal que armaron con la empresa de turismo estudiantil Proterra, que luego fue amparada por la justicia provincial de Misiones”, el padre de la víctima adelantó que “con nuestro abogado Alejandro Bois seguiremos el camino ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La Corte Suprema con sus erróneos fallos colocó a la Argentina , una vez más, ante posibles sanciones internacionales y, a ser obligada a una correcta investigación y juicio a los culpables por el homicidio de mi hijo, tal como ocurrió, por ejemplo, con el caso de Walter Bulacio”.

Cabe recordar que ese grupo de estudiantes había emprendido un viaje de solidaridad para asistir con donaciones a la población de la Aldea Mbororé de Puerto Iguazú y en un momento de esparcimiento, cuando estaban alojados en el hotel Raíces, jugaban al voley en el jardín y Pablo Plaul fue a buscar una pelota, resbaló y se tomó, en forma instintiva, de una farola para sujetarse. La columna que sostenía la luminaria se desprendió y el chico recibió una descarga eléctrica mortal. La investigación determinó que las instalaciones de ese establecimiento se encontraban sin terminar y contaban con una habilitación parcial.


Nota diario cronica del 22/07/2018