Buenos Aires, 23 de marzo de 2007.

   

 

Sra. Directora

Del Instituto Parroquial San Justo

Prof. María Laura Marangoni

S/D……………………………...:

 

 

                                                              Me dirijo a Ud. para comunicarle que el día martes 27 de marzo del corriente año entre las 15 y las 18 horas haremos una segunda concentración (esta vez multitudinaria, constituida por alumnos, padres y múltiples medios periodísticos) con el propósito de reclamar lo que usted ya conoce muy bien. Tal decisión la fundamento en que le cursé una carta donde aceptábamos la reunión de padres por ustedes propuesta. Pero lo que no aceptamos son más dilaciones. Vuelven a confundirse. En esta oportunidad y dados los graves hechos por los cuales son ustedes cuestionados y de ahora en más hasta lograr el objetivo propuesto e irrenunciable, debe saber que los tiempos los manejamos nosotros. Es obvio que ustedes no pueden siquiera manejar una escuela, mucho menos pueden manejar semejante situación en la que se ven involucrados. En tal sentido, visto que por algún motivo usted y las cinco personas que por una cuestión ética, moral y de irresponsabilidad deben retirarse de sus cargos no lo hacen, exigimos y no nos retiraremos hasta que se hagan presentes la Sra. Directora General de la Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Dra. Adriana Puiggrós  y el Sr. Obispo de la Diócesis de San Justo Monseñor Baldomero Carlos Martíni. Asimismo hago saber a usted que, de no haber respuesta a estos reclamos, en una próxima concentración y movilización de mayúsculas proporciones, el reclamo lo haremos exigiendo la presencia del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

 

                                                              Esperando en esta oportunidad que usted y las otras cinco personas claramente cuestionadas mediten, reflexionen y en última instancia colaboren con el Instituto Parroquial San Justo y la Iglesia , la saludo a usted de la manera que me hubiera gustado que como cualquier persona de bien hubiera tratado la muerte de mi hijo: respetuosamente.