Buenos Aires, 17 de Abril de 2007.

Al Sr. Cardenal Primado de Buenos Aires,

S.E.R. Monseñor Jorge Mario Bergoglio

S/D………………………………………:

 

                                                                    Tenemos el placer de dirigirnos a Su Excelencia Reverendísima con el propósito de manifestarle lo que creemos una serie de irregularidades ocurridas en el Instituto Parroquial San Justo. Los hechos que relataremos a continuación motivan nuestro pedido, de que en la medida de sus posibilidades interceda ante el Obispo de la Diócesis de San Justo, S.E.R. Monseñor Baldomero Carlos Martini.

                                                                    Somos una familia conformada por Héctor Norberto Plaul de 49 años, médico, Beatriz Noemí Manzelli de 48 años, docente,  y nuestros tres hijos, María Eugenia de 24 años, Licenciada en Relaciones Públicas, María Laura de 22 años, estudiante de Psicopedagogía (a seis materias de recibir su título) y Pablo Nicolás, de 17 años al momento de su trágica muerte durante un viaje de estudios organizado por el colegio Parroquial San Justo. Todos somos, al igual que el resto de nuestros familiares, de formación católica. María Eugenia, María Laura y Pablo concurrieron a la   Institución antes mencionada, pues la considerábamos muy buena desde el punto de vista de nuestra fe católica y desde lo académico. Debemos reconocer, aunque esto sea subjetivo, que luego del fallecimiento de Monseñor Marcón la escuela comenzó un claro período de deterioro, y esto lo debatíamos reiteradamente en familia. Para entonces sólo Pablito permanecía en el colegio. Lo que nunca imaginamos, en primer lugar porque es impensado, y en segundo porque confiábamos ciegamente en la Institución , era que Pablo iba a volver muerto de un viaje de estudios.   

A continuación, un resumen de lo ocurrido hasta el momento

 

 A partir del mes de abril de 2006, el Instituto Parroquial San Justo comenzó a organizar un viaje de estudios y solidario a Puerto Iguazú, Misiones, integrado por alumnos de las divisiones A y B del Segundo Año de Polimodal. La empresa turística contratada, única opción viable a pesar de otras sugerencias de los padres, fue Proterra ya que el colegio alegaba que por su trayectoria era la única que le merecía confianza. El contingente partió rumbo a su destino el día 17 de octubre a las 18:30 hs. El día 19, a las 19:40 hs., y en oportunidad en que Pablo se hallaba jugando al voley con sus compañeros en el parque del hotel Raíces, resbala, se toma instintivamente de un caño que resultó ser una farola y recibe una descarga eléctrica mortal. No fue asistido médicamente en el lugar, y desconocemos por qué. Fue trasladado al hospital zonal, ingresando muerto al lugar. Aproximadamente a las 21:30 hs. del mismo día, y luego de algunos llamados telefónicos que nos informaban lo acontecido, se presentaron en nuestro domicilio la Directora María Laura Marangoni, y los representantes legales Monseñor Raúl Cuevas y el Profesor Soriano, quienes nos dieron oficialmente la trágica noticia de que Pablo había fallecido por electrocución.

Viajamos a Puerto Iguazú en el primer vuelo del día 20. Allí comenzamos a notar las irregularidades que, como S.E.R. podrá notar, databan desde la propia contratación del viaje. Nos recibió en el Aeropuerto alguien que se presentó como Dr. Arévalo, quien dijo tener expresas indicaciones del Gobierno para asistirnos en lo necesario. Su primera pregunta: “¿Pablo sufría de algún problema de salud?, pues se está investigando una muerte súbita”. Viajamos en una Combi hasta el hotel Raíces y allí nos encontramos con el contingente y sus responsables. Fue muy curiosa la discordancia entre los dichos del Profesor Di Camillo y de la Secretaria Alicia Lauría, quienes sostenían  que se trataba de una muerte súbita, y el relato contundente de los chicos, pues para ellos no había duda alguna de que Pablo había sufrido una electrocución. Uno de los tres chicos testigos en la causa penal, la Srta. Florencia Delgado, al intentar auxiliarlo, recibió una descarga eléctrica, requiriendo posteriormente evaluación médica preventiva.

Nosotros ya habíamos hecho contactos judiciales en Buenos Aires para agilizar los trámites en el juzgado de Puerto Iguazú. De tal modo, fuimos recibidos por el Señor Juez, Dr. José Pablo Rivero, a cargo de la causa, quien ya había ordenado diversas diligencias, entre ellas la autopsia de la cual tenía el resultado verbal del Médico Forense: electrocución.

Entre tanto, en la escuela Parroquial se dictó clases en el primer turno, y se decretó asueto por duelo recién para el turno tarde, ante el aluvión periodístico que recibió la Directora de la escuela (se adjunta fotocopia del diario La Nación : Nº 1), quien manifestó a los medios que “se tomaron todos los recaudos necesarios desde la planificación del viaje”, que “la causa penal iniciada sobre este lamentable episodio determinará a través de las pericias que disponga el juez, qué ocurrió y la responsabilidad que cabe en este caso” (bien sabía qué había ocurrido). Además agregó que “el viaje se gestionó a partir del mes de abril y fue autorizado por DIPREGEP, y que “se tomaron todos los recaudos propios de un viaje como este” (se adjunta fotocopia de agencia TÉLAM: Nº 2 y 3). Por su parte, el responsable de DIPREGEP, Juan Odriozola, expresó que “este tipo de accidentes no se puede prever. Ahora hay que acompañar a padres y alumnos” (se adjunta fotocopia La Nación.com : Nº 4). Obviamente, por la ligereza e inexactitud de sus términos le hemos solicitado la renuncia verbalmente, el día de la primera marcha que realizaríamos.

Luego, en el marco de semejante drama, se organizó una primera marcha con fecha 22 de noviembre. La concentración se produjo frente a la Catedral de San Justo y se contó con la presencia de unas 3 mil personas entre alumnos, familiares, docentes, jóvenes, abuelos y algunos integrantes del cuerpo religioso, docente y directivo del Instituto Parroquial.

El 21 de diciembre, se llevó a cabo una segunda marcha multitudinaria, aunque de menor cuantía, en la plaza San Martín de la Ciudad de Buenos Aires. En ella, llamativamente, no se presentó ni una sola persona del cuerpo docente, directivo y religioso del Parroquial San Justo. El lema de ambas marchas fue “Por vos. Por Pablo. Por todos” y las consignas fueron “Por un turismo estudiantil seguro”, “Juicio justo y Castigo a todos los responsables del homicidio de Pablo”. En esta última marcha presentamos dos petitorios firmados por casi 40 mil personas en sólo veinte días: uno iba dirigido a la Secretaría de Turismo de la Nación y el otro a la Casa de la Provincia de Misiones (se adjuntan fotocopias Nº 5 y 6). Días después, asombrosamente, la escuela convocó a una reunión a los padres de los 38 chicos que viajaron, en la cual su abogado, Dr. Marola, una vez iniciada la misma, preguntó dónde estábamos los padres de Pablo; sepa S.E.R. que jamás fuimos invitados, pues el espíritu de tal reunión fue minimizar la tragedia a un simple desperfecto de un porta lámparas. Es decir, actuaron de mala fe y, diríamos, irrespetuosamente, ya que además hablaron de la autopsia de Pablo, menor de edad,  en ausencia de las únicas dos personas que podían representarlo: sus padres.

En la misa de fin de curso realizada el 01 de diciembre en la Catedral fuimos  fríamente recibidos por la Sra. Directora María Laura Marangoni. Ningún religioso se apersonó ante nosotros y, de hecho, Monseñor Cuevas no celebró la misa. En  esta oportunidad los compañeros de Pablo nos entregaron un presente en medio de un caluroso aplauso. Era claro: se había abierto una brecha cuando en la primera marcha se manifestaron y cuestionaron los dichos periodísticos de la Sra. Directora. De allí en adelante fuimos tomados como enemigos por la Institución. Nunca se nos brindó asistencia religiosa, quizá lo único que podría haber paliado en parte semejante dolor. De esta manera finalizó el ciclo lectivo.

Los primeros días de diciembre, la  Subsecretaría de Turismo de Misiones clausuró al Hotel Raíces por irregularidades que databan del mes de mayo de 2006 (se adjunta documentación, fotocopias Nº 7  a  Nº 17).

El día 12 de diciembre se presentó la denuncia contra Proterra en la Secretaría de Turismo de la  Nación (se adjunta fotocopia  Nº 18).

El 20 de diciembre de 2006, el Dr. José Pablo Rivero, Juez de Instrucción del Juzgado Nº 3, Secretaría Nº 2, sito en Av. República Argentina Nº 69, de Puerto Iguazú, Misiones, Argentina, en el expediente Nº 402/06, y a sólo dos meses de la muerte de Pablo, procesó por homicidio culposo al Sr. Ricardo Omar Ayala, quien explotaba el Hotel Raíces, y ordenó la investigación de cinco personas más por el mismo delito (se adjunta orden de procesamiento, fotocopias Nº 19  a Nº 21). Por otra parte, quedó claro en el expediente que se trataba de un hotel en construcción (ver fotografías, Nº 22 y 23), que la pileta y el parque donde ocurrió el hecho no estaban habilitados y que la instalación eléctrica era paupérrima según tres pericias independientes ordenadas por el Sr. Juez.

En enero de 2007 nos enteramos  que la investigación de la Secretaría de Turismo de la Nación arrojó como resultado que la empresa Proterra había actuado ilegalmente ya que, entre otras cosas,  no había declarado el contingente, el Instituto, el número de alumnos, el destino, hotel, etcétera. Es decir, legalmente este contingente jamás estuvo en Puerto Iguazú, mucho menos en el hotel Raíces. Esto le costó el retiro de la certificación para operar turismo estudiantil a la empresa Proterra (se adjuntan fotocopias  24  a  Nº 29).

A esta altura del relato y en base a la documentación obrante, es evidente que, indistintamente de los resultados de la justicia civil y penal, había tareas muy mal realizadas por parte del Instituto Parroquial San Justo. Esto sin duda ameritaba el apartamiento inmediato por cuestiones administrativas, éticas, morales y religiosas de los dos representantes legales, Monseñor Raúl Cuevas y el Profesor Jorge Miguel Soriano, la Directora del Polimodal, Profesora María Laura Marangoni, y los tres acompañantes del contingente, Profesores Rubén Larumbe y Di Camillo y la secretaria del Polimodal, Alicia Lauría. Simplemente, habían omitido controlar adecuadamente la documentación de la empresa Proterra, que a las claras  era incontratable, no fue ningún docente a constatar personalmente el hotel, previamente a la realización del viaje, tal como lo indica la resolución  Nº 426/06 y sus anexos de la Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires (se adjuntan fotocopias 30 a Nº 39), y una vez llegados a destino los responsables alojaron al contingente en un hotel en construcción (cabe aclarar que Proterra y el colegio siempre hablaron de un hotel a estrenar) y con claros peligros a la vista. Las fotos publicadas en Internet por el Hotel Raíces antes del hecho no mostraban que estuviera en construcción lo cual ameritaba el control in situ tal como lo prevé la reglamentación vigente.

El día 5 de marzo comenzó el ciclo lectivo 2007 y, para sorpresa nuestra, de padres y compañeros de Pablo, nada había cambiado en el Instituto Parroquial San Justo. Más aún: se les había prohibido a los profesores hablar del tema Pablo y no se informó al resto de la comunidad educativa que lo de Pablo se trató de un homicidio y no de un accidente.

Al cumplirse 5 meses de la muerte de Pablo, se colocaron afiches en la fachada de la escuela (como el que se adjunta: original Nº 40) que planteaban objetivos nobles, dignos  en defensa de la vida y sin ofensa alguna. Por orden del Señor Soriano, fueron removidos durante la madrugada del día 19 de marzo. ¿Por qué semejante barbaridad? Ya en clases, los compañeros de Pablo cuestionaron que no se haya mencionado el aniversario y que los afiches fueran arrancados de la pared. Cabe destacar que el mismo día se presentó un petitorio firmado por padres de alumnos al Sr. Obispo de San Justo, S.E.R. Monseñor Baldomero Carlos Martini,  y a la Directora General de la Dirección General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires, Dra. Adriana Puiggrós. A través de los mismos, se solicitaba el apartamiento de las personas cuestionadas (se adjuntan fotocopias Nº 41  a   48). Simultáneamente, se solicitó, esta vez por escrito, la renuncia del Señor Director del la DIPREGEP , Lic. Juan Odriozola (se adjunta fotocopia  49).

El día 20 de marzo se realizó una concentración en la puerta de la escuela para reclamar lo que ya era de público conocimiento. Sólo nos recibió, con algún incidente menor, el Profesor Soriano, quien no sólo no pudo dar las explicaciones pertinentes sino que además dijo que después de todo viajaron 40 chicos y volvieron 39 (quiso decir viajaron 39 y volvieron 38). Para el Profesor Soriano un alumno muerto entre tantos vivos no era importante (tapes de medios de comunicación disponibles) y sugirió una reunión de padres, que finalmente aceptamos con condiciones lógicas (se adjunta fotocopia Nº 50). Ante la falta de respuesta a nuestra aceptación, ya que evidentemente la reunión se quería restringir a los dos terceros del polimodal, cursamos una nota con fecha 23 de marzo de 2007 a la Sra. Directora del Instituto, comunicándole que el día 27 de marzo realizaríamos una nueva concentración en la puerta de la escuela, para que tanto ella como la Dra. Puiggrós y el Obispo de San Justo nos dieran las explicaciones pertinentes (se adjunta fotocopia   51). Lamentablemente, no asistió ninguno de los convocados.

El día 26 de marzo de 2007 se distribuyó dentro de la escuela, y también en kioscos y en librerías de la zona, una nota que dudamos corresponda al Instituto Parroquial San Justo ya que no poseía ni sello ni firma. Esa nota fue maliciosa, mal intencionada, de mal gusto, amenazadora y hacía responsables del hecho únicamente al hotel Raíces y a los padres que suscribieron el contrato (que, por otra parte, son Profesores del Instituto). Dijeron en la misma que se los injuriaba y se los calumniaba y que sintieron agravio moral, y que de continuar los hechos de público conocimiento se iniciarían las acciones legales correspondientes. Es evidente que intentaron asustar a la comunidad escolar, intencionalmente desinformada  y temerosa de represalias que pudiera tomar la escuela.  La misma fue contestada al reverso y luego difundida (ver fotocopias  52 y 53).

El mismo 26, presentamos una denuncia ante el INADI, pues los alumnos que habían participado de la concentración el día 20 de marzo, fueron discriminados al ser apartados del grupo de pertenencia, no se les dictó clases y se les dijo que no podían manifestar ni expresar un ideario distinto al de la escuela, ni dentro ni fuera de ella (se adjunta copia de la denuncia: fotocopias  54 a 58).

Luego de una presentación a la Inspectora Jefe de la Región III de DIPREGEP, Lic. Norma Gloria Ferré, el día 30 de marzo (se adjunta fotocopia Nº 59), se obtuvo respuesta por escrito el día 3 de abril donde se menciona que se iniciaron las actuaciones presumariales al Instituto Parroquial San Justo (se adjunta fotocopia Nº 60). Nótese que es evidente que esto se hizo luego de los petitorios presentados tanto al Obispado como a la Dirección General de Escuelas. Creemos que, si es que se inició el expediente al momento del hecho, por algún motivo fue frenada la investigación, pues a un Juez le demandó apenas dos meses hacer una tarea compleja, con pericias de profesionales, testimonios, solicitudes de documentos, etcétera, para identificar claramente culpables penales y procesarlos e investigarlos.

Por otra parte, realizamos una nueva concentración y marcha alrededor de la escuela el día 3 de abril. En ella esperábamos la presencia del Obispo y de algún directivo del Parroquial, pero no obtuvimos repuesta. Cabe destacar que ese mismo día se comunicó que el 29 de marzo de 2007, S.E.R. Monseñor Baldomero Carlos Martini, Obispo de San Justo, nombró por Decreto Episcopal Nº 07/2007 al Presbítero Prof. Fabián Omar Fusca, Director General Institucional del Colegio Parroquial San Justo en todos sus Niveles (se adjunta fotocopia Nº 61). Nadie informó a la comunidad escolar y a nosotros qué ocurrió con las personas cuestionadas.

Por si todo lo anterior fuese poco, la publicación JUREC San Justo, AÑO VI, Nº  XVI de Noviembre/Diciembre de 2006, presidida por: Presidente S.E.R. Monseñor Baldomero Carlos Martini, Vicepresidente Monseñor Raúl Cuevas, Director Jorge Soriano,  no escribió una sola línea respecto de la muerte de Pablo (se adjunta fotocopia de la publicación 62 a Nº 97), actitud severamente reprochable desde lo religioso, ético y moral. Creemos que esto constituye un desprecio absoluto por la vida y la muerte de Pablo, alumno de una Institución Católica. No podemos entenderlo. Es evidente que siempre primó el interés por dar un perfil bajo y desligarse de la responsabilidad en la organización del viaje, pues omitieron controlar la documentación de la empresa y del hotel y, además, se hospedaron en un sitio en construcción con claros peligros, como el que le ocasionó la muerte a Pablo.

El día 10 de abril se realizó una nueva concentración y marcha alrededor de la escuela invitando expresamente al Sr. Obispo de la Diócesis de San Justo y al Director General Institucional del colegio (se adjuntan fotocopias Nº 98 y 99). Ninguno de los dos se hizo presente.

Ese mismo día el Director General Institucional difundió a todos los alumnos una nota que consta de cuatro puntos (se adjunta fotocopia Nº 100). Curiosamente en el punto uno no menciona la muerte por homicidio de Pablo y en el punto cuatro hace un nuevo llamado a la reflexión atribuyendo el mal desenvolvimiento de la actividad educativa a terceros. Es evidente que, tanto el Sr. Director como las personas cuestionadas previamente continúan haciendo mal su tarea, pues el tema de fondo en cuestión es nada más ni nada menos que el homicidio de uno de sus alumnos en un viaje de estudios organizado por ellos. El buen funcionamiento de la Institución se logra apartando preventivamente a todos los cuestionados, a la vez que se impide que haya interferencia alguna en la investigación presumarial. Esto en modo alguno implica que sean despedidos y/o que no cobren sus haberes. Sencillamente para poder continuar en los puestos laborales que ocupaban al momento del hecho, deben probar idoneidad que prima facie no la tuvieron en relación a Pablo. Esto no es un invento nuestro: cualquier Institución normal y que pretenda mantener el prestigio y evitar daños innecesarios a los involucrados, y para funcionar adecuadamente toma estas decisiones rápidamente.

                                                                      Todo esto motiva claramente nuestro pedido de su intercesión, para que mediando sus buenos oficios se logre que se arbitren las medidas oportunas que debieron aplicarse desde un comienzo.  

                                                                     Sin otro particular, saludamos a Usted con nuestra más distinguida consideración.