Carta abierta a los responsables del homicidio de Pablo Nicolás Plaul

  

Ciudad Evita, 05 de diciembre de 2006.

 

Hoy, se cumplen 47 días del homicidio de Pablo Nicolás Plaul, que tenía 17 años y quien simplemente era una bellísima persona. Viajó a Puerto Iguazú el 17 de octubre de 2006 donde fue sorprendido por una trampa mortal el día 19, producto de una cadena de irresponsables. El viaje fue organizado por el Instituto Parroquial San Justo, donde Pablo cursaba el 2º año del Polimodal, siendo los organizadores la Directora Sra. María Laura Marangoni, el secretario del Polimodal Sr. Rubén Larumbe, Monseñor Raúl Cuevas y el Sr. Soriano, ambos representantes legales. Este viaje se proyectó desde abril y el colegio dio una sola alternativa, por cierto autoritaria: la empresa Proterra. Todo lo que se podía negociar con Proterra era el plan de pagos, obviamente garantizando, la institución, la seguridad que otorgaba la misma. Aún suponiendo que la escuela hubiera tomado todas las previsiones, surge un interrogante elemental. Tan elemental que uno no entiende porqué los responsables hospedaron al grupo en ese lugar. Simplemente el hotel Raíces estaba en construcción y con obreros trabajando. ¿Por qué tomaron tan absurda decisión?. ¿Por que no exigieron otro hotel? o simplemente, ¿Por qué no se volvieron? La decisión fue evidentemente la equivocada, pues ese hotel no podía prestar un servicio seguro a sus huéspedes. No era necesario ser experto para evidenciarlo. El contingente era de menores y estaba bajo la tutoría del Sr. Larumbe, el Sr. Dicamilo y la Sra. Secretaria Alicia, quienes evidentemente no estaban a la altura de la función que se les encomendó. No sabemos si el hotel Raíces estaba habilitado o si quien lo habilitó lo hizo adecuadamente (Municipalidad de Puerto Iguazú), qué rol desempeñó ROA TOUR, qué hizo Proterra. Es claro que dentro de esta cadena, desde el inicio de la contratación hasta la muerte de Pablo, se encuentran los responsables a quienes yo no puedo señalar. A algunos no les conozco la cara, y a los que sí, ya no la muestran, ocultándose como ratas al ser descubiertas. A cada uno de ellos les digo que la justicia se va a ocupar de identificarlos, juzgarlos y castigarlos. Sepan que mataron a un joven de 17 años y destruyeron una familia. Por tanto, más allá de la justicia terrenal y divina, creo que los que saben que son responsables ya no tendrán la conciencia limpia y nunca más podrán dormir en paz. ¡A ustedes también les cambió la vida! ¡Se convirtieron en la horrorosa figura de partícipes de un homicidio! Algunos porque hicieron la típica argentina “no va a pasar nada”; otros por que se han quedado con vueltos o retornos de dinero; otros por corruptos; en última instancia, a todos les cabe el mismo desprecio por la vida humana. Pablito, descansa en paz porque se lo ganó, él nunca hubiera hecho nada de lo que hicieron ustedes. Le prometí a Pablo que va a tener un juicio justo y que todos los culpables de su muerte serán castigados. También, que esta será la última muerte de este tipo, porque se ha iniciado un camino sin retorno, al menos en el turismo estudiantil y de egresados. De ahora en adelante todos los que tengan algún tipo de responsabilidad en el turismo estudiantil y de egresados, deberán ser personas competentes en la materia e intachables moral y éticamente, a quienes les podamos confiar nuestro tesoro más preciado: nuestros chicos. Pablito, por su grandeza y por estar con el Señor, seguramente ya los perdonó, y hasta probablemente los ayude a llevar la carga enorme que les cabe. Yo no los perdono. Han matado nada más ni nada menos que a mi hijo y eso no tiene perdón.

 

Héctor N. Plaul y Flia.